LITERATURA ESCRITA PARA SER LEÍDA





sábado, 12 de junio de 2010

Salmón a la berenjena

Lo bueno de los grandes acontecimientos, al igual que sucede en la vida, es que uno programa una cosa y luego sucede otra. Así son las cosas, y que sigan siendo.
Este año en la Feria del Libro de Madrid, al margen de los libros, al margen del número de casetas, del número de editoriales, del libro electrónico, y al margen de todos los márgenes habidos y por haber, se publicitaron principalmente dos grandes citas: la asistencia de los países nórdicos como invitados de honor (como si ya no tuviésemos bastante con ver sus libros a todas horas en los escaparates, simplemente por el hecho de apellidarse Larsson, Mankell, Davidsen o Christensen), y la vuelta de Arturo Pérez Reverte después de 10 años de ausencia (señal de que tan bien no va la cosa, o El Asedio marketiniano).
Al final, como decíamos, la vida tiene sus propios derroteros y fue un autor, proveniente también del frío, pero en ese caso del frío castellano-leonés, quien se llevó el gato al agua. Salamanca, la tierra natal de Óscar Santos Payán, se encuentra a más de 2000 km de la ciudad nórdica más cercana. Probablemente dejó de ser referencia cultural una vez que el Siglo de Oro se tornó en vil metal literario. Pero ya lo dice el refrán: “Lo que la naturaleza no da Salamanca no lo presta”, por mucho que uno haya nacido en Oslo o en Malmö (dónde carajo está Malmö, por cierto).
Óscar, un autor nacido en el año 1969, cuando la Nocilla empezaba a ser parte de la merienda de cualquier chaval que pretendiese crecer sano y fuerte, y de cualquiera con tuviese pretensiones de escritor ilegible, con un libro de título un tanto inverosímil (Un libro que podría titularse el baile de la berenjena), gracias al ingenio del editor Nacho Lastra, pero con una literatura más que comprensible, firmó casi 30 ejemplares en la caseta nº 53 de la Librería Rafael Alberti.
Quizá parezcan pocos comparados con los que pudo firmar, por ejemplo, Julia Navarro, o el propio Reverte, pero vayan y pregúntele a cualquier editorial independiente (de nuevo, qué carajo es eso). Sea como sea, nosotros nos alegramos de que las berenjenas castellanas, humildemente, hayan sido capaces de hacer un poco de sombra al salmón noruego.

1 comentario:

  1. 30 ejemplares firmados,y, alguno que nos llevamos sin firma (por esas manías bibliofrénicas que nos impiden mancillar el libro). Por cierto, os esperé el día de la firma para tomar una cerveza, pero me tuve que ir. Animo Baladí que estais editando de lujo.
    Alberto.

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