LITERATURA ESCRITA PARA SER LEÍDA





lunes, 1 de febrero de 2010

El Apocalipsis del libro

Decía Unamuno que vivir era ver volver. Y quizá sea cierto que en eso consiste la vida. Desconfiamos por norma de aquellos que con una mano te muestran el Apocalipsis mientras con la otra te venden la solución en forma de futuro. También de aquellos otros que se agarran a la tradición haciendo bueno aquel verso de Jorge Manrique que aseguraba que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Últimamente no dejamos de leer y oír a unos y a otros debatir entorno a la literatura. Gurús que anuncian el final de la novela, al menos de la novela de sillón (qué carajo es eso), e incluso el final del propio libro. Mientras los más conservadores abogan por una vuelta a la tradición enarbolando, entre otras, la bandera del romanticismo que todo lo puede.
¿Acabará por imponerse el e-book al libro tradicional? ¿Acabarán los postismos aniquilando las formas más tradicionales de narrativa? ¿Se impondrá la nocilla al realismo?... Sinceramente, ¿a quién le importa?
A veces uno empieza a pensar que es más interesante el debate sobre la cosa que la cosa misma; intentar vender más reseñas en suplementos que leer buena literatura.
Vivir, ya lo decía el maestro Miguel, es ver volver. No parece que nos quede otra que ver volver las mismas cosas que antaño llegaron en forma de vanguardia y hoy, no son más que restos del pasado que se quiere desterrar.
En fin, electrónico o no, realista o en bocata de nocilla, mientras el hombre tenga necesidad de expresión seguirá habiendo literatura. Un libro será siempre un libro se nos presente como se nos presente y una gran novela será siempre una gran novela, esté escrita como esté escrita.

“¿Qué importa un nombre? Al fin y al cabo lo que llamamos rosa seguiría teniendo la misma fragancia con otro nombre.”


W. Shakesperare.

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